Con un cuentagotas
que ha contado bastante
me subo a la alfombra mágica.
El viento me empuja.
Aquella cuesta
no es ya tan alta.
Una breve parada,
-como las que hago entre el primer
y el segundo piso-
dos lágrimas.
Una por el pasado,
una por el presente.
El futuro es seco.
Sin darme cuenta
he llegado.
Más fuerte, más serena
más yo.
A veces las cosas
estás mejor quebradas
que cosidas de mala manera.
El camino me ha llevado a casa.
Marta K.
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