Tú eres como esas milésimas de segundo, que pasan entre las últimas notas de una gran ópera y el momento en que llega el primer aplauso. Tú eres ese momento de admiración, euforia y nervios. Tú eres cada uno de los corazones de la sala encogidos de emoción que bombean al unísono sin saberlo...
Marta K.
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